Proceso de revisión por pares
La evaluación por pares constituye el núcleo fundamental del proceso editorial de nuestra revista, diseñado para asegurar la calidad científica, originalidad y relevancia de cada manuscrito recibido. Este sistema se implementa bajo el modelo de doble ciego como estándar predeterminado, garantizando así la máxima objetividad al mantener el anonimato tanto de autores como de revisores. No obstante, reconociendo los beneficios del debate académico abierto, el Comité Editorial podrá excepcionalmente optar por el sistema de Revisión Abierta por Pares (OPR) cuando la naturaleza del trabajo lo requiera –particularmente en investigaciones interdisciplinares complejas o temas emergentes, fomentando así una transparencia deliberativa que enriquece el contenido mediante el diálogo directo entre autores y evaluadores.
En términos de plazos operativos, el proceso se estructura con precisión para equilibrar exhaustividad y eficiencia: los dictámenes iniciales se emiten en un plazo promedio de 45 días naturales, período durante el cual los árbitros realizan un análisis pormenorizado que abarca desde la solidez teórica hasta el rigor metodológico. Cuando surgen discrepancias sustantivas entre los evaluadores, se activa un protocolo de arbitraje extendido que incluye la designación de un tercer especialista como mediador crítico, ampliando el plazo máximo a 60 días para garantizar una evaluación consensuada y multidimensional. La decisión final, no obstante, recae siempre en el Comité Editorial, quien sintetiza las valoraciones recibidas con los criterios editoriales de la revista –incluyendo pertinencia temática, potencial de impacto y alineación con los estándares éticos– para emitir un veredicto fundamentado que puede incluir desde la aceptación incondicional hasta el rechazo constructivo con opción a reenvío.
Integridad Ética y Exigencia Profesional en la Revisión
La confidencialidad y la ausencia de conflictos de interés representan pilares irrenunciables de nuestro proceso. Todos los evaluadores deben declarar formalmente cualquier circunstancia que pudiera comprometer su imparcialidad, competencia académica directa o vinculaciones institucionales relevantes–, absteniéndose inmediatamente de participar en aquellos casos donde existan sesgos potenciales. Esta política se complementa con un compromiso de confidencialidad permanente: los manuscritos son tratados como documentos reservados durante y después de la evaluación, prohibiéndose expresamente su uso para fines personales o la divulgación de contenidos antes de su publicación oficial.